Resaltando valores tan importantes para la vida de cualquier persona, como la "LIBERTAD", la "INTEGRACIÓN" y la "SOLIDARIDAD" comenzamos el acto en recordación del "197 ANIVERSARIO DE LA REVOLUCIÓN DE MAYO" en la Plaza Oostendorp.
Nos acompañaron en este acto autoridades municipales, la Inspectora de Educación Física; Prof. Sonia Burgos, la Representante Legal del Colegio "La Sagrada Familia"; Dra. Zulema Pellegrini, docentes y alumnos de otras instituciones educativas de nuestro pueblo.
Además a último momento, tuvimos la alegría de la visita del Padre Gabriel.
Quizás el momento más emotivo del acto fue cuando en señal de unión e integración, con nuestras voces y manos cantamos las estrofas del Himno Nacional Argentino.
Luego la hermana Edith elevó una oración por la Patria.
Luego la hermana Edith elevó una oración por la Patria.
Y finalmente llegó la actuación y el baile de nuestros pequeñitos, quienes a través de un relato realizado por dos papás nos contaron vivencias de esa época.
El relato decía así:
Hace muchísimo tiempo, la vida de las personas en nuestro país era muy distinta de la nuestra. Las calles se iluminaban con faroles, a vela, eran todas de tierra y se llenaban de barro cuando llovía, dificultando el traslado de la gente de un lado a otro, ya fuera a pie, a caballo, en carreta o en diligencia.
Hace muchísimo tiempo, la vida de las personas en nuestro país era muy distinta de la nuestra. Las calles se iluminaban con faroles, a vela, eran todas de tierra y se llenaban de barro cuando llovía, dificultando el traslado de la gente de un lado a otro, ya fuera a pie, a caballo, en carreta o en diligencia.
Era una época en que los negros hacían las tareas de la casa y eran esclavos, los vendedores eran ambulantes y ofrecían todo tipo de artículos.
El 25 de Mayo de 1810, amaneció distinto. En las calles polvorientas de la ciudad, el aire que se respiraba era diferente, mucha gente iba y venía, todos murmuraban y esperaban ansiosos la gran noticia. Aunque algunos distraídos aún no sabían nada.
El Padre Alberti y las damas se juntaron frente al Cabildo. Ninguno de ellos quería perderse nada de lo que iba a ocurrir. Primero, escucharon el murmullo de los presentes, luego voces más fuertes y ya en el interior del Cabildo la discusión había comenzado.
El 25 de Mayo de 1810, amaneció distinto. En las calles polvorientas de la ciudad, el aire que se respiraba era diferente, mucha gente iba y venía, todos murmuraban y esperaban ansiosos la gran noticia. Aunque algunos distraídos aún no sabían nada.
El Padre Alberti y las damas se juntaron frente al Cabildo. Ninguno de ellos quería perderse nada de lo que iba a ocurrir. Primero, escucharon el murmullo de los presentes, luego voces más fuertes y ya en el interior del Cabildo la discusión había comenzado.
Aquí vemos a un grupo de padres, hermanos, docentes y alumnos que se unieron a este festejo bailando una ranchera. ¡FELICITACIONES Y MIIIIIIIIL GRACIAS!
Para terminar, este mensaje que leyeron los papás y que simboliza nuestro sentimiento:
"HOY...permitámonos recuperar el lugar del deseo, postergando aquello que jamás ilusiona, para juntos pensar futuros posibles en nuestra comunidad, que permitan entre otras cosas seguir integrando y atendiendo a la diversidad en un país de la libertad".